jueves, 22 de enero de 2009

Ya está aquí

Ya viene la época del año en la que Cádiz es más Cádiz que nunca, para lo bueno y para lo malo.
Todas las noches, las cortinas del Teatro Falla se abren para mostrar el trabajo de fontaneros, administrativos, parados, especialistas en "chapuses", informáticos, heterosexuales, gays, católicos, ateos... que se han unido en una agrupación de carnaval. Aficionados que saben absorber la música y la poesía que camina por la ciudad para mostrarla con forma de arte.
Ya viene la época del año en que Cádiz huele a televisiones y radios por la noche y a periódicos por el día (como cantó Tino Tovar el año pasado... El poeta).
Ya viene la época en la que sólo hay un tema de conversación, en la que las ganas de oir las coplas nuevas se transforma en orgasmo cuando se comprueba que tu autor favorito este año se sale o en gran decepción cuando se escucha lo que llevas un año esperando y no llega a las espectativas.
Ya llega el mes en el que Cádiz se olvida que tiene el porcentaje de parados más alto de España y huele a radios por la noche y a diarios por el día.
Ya están aquí las colas para comprar una entrada, colas para comprar una botella de vino, colas para ver el pregón... Esos mismos que están a la cola en las estadísticas de lo bueno y los primeros en las estadísticas de lo malo.
Ya están aquí los días del veneno, ese que hace que muchos dejen su casa y su familia en las noches de pleno invierno para ensayar sus coplas, ese que te obliga a llevar una radio allá donde vayas, ese que -por unos días- te hace ver que tiene menos importancia que tu amor se acabara, que tu jefe es un gran babeta o que tu casa tiene goteras. El veneno que hace que, de pronto, tu vientre sea un bombo; tu boca, un platillo; tu garganta, un quejío; tu sangre, agua salada; tu corazón, un capitán y tu capitán... el veneno (como escribió Juan Carlos Aragón... Un genio... un loco).
Ya está aquí la época en la que gaditanos y visitantes confunden las aceras con tazas de váter, el mes en el que todo vale (incluída la mala educación y el mal gusto), los días en los que el que no te saluda el resto del año te invita a una copita de vino delante del Manteca, las horas en las que Cádiz es más Cádiz que nunca, para lo bueno y para lo malo.
Ya llega ¿no lo notan?
Yo sí, yo tengo ya la cabeza llena de notas musicales, de frases para enmarcar, de orgullo de que la casualidad me hiciera nacer aquí, de asco por el olor de las calles, de colores, de fatiga por la indolencia de mis vecinos, de ganas de que nunca acabe o de que vuelva a comenzar, de pena por ver que la calle ya no es lo que era, de poner en marcha el gps gadita que me lleva a las mejores chirigotas ilegales...
De vivirlo, a pesar de todo, de ganas de vivirlo un año más.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Que viene, que viene...

carmen moreno dijo...

Tipo, tipo... Cómo lo echo de menos, por dios...

Arwen dijo...

Esa Carmen!!!Pues, mira, estoy viendo la forma de poder poner alguna copla por aquí, para que los que andáis por fuera podáis entrara y escuchar algo. Ya veré cómo lo hago...
¿Qué te parece?

carmen moreno dijo...

Mariló, ¿cuánto hace que no te pido en matrimonio?

Quilla, yo es que creo que soy como de Cádiz, qué juerte!!!

Gracias, gracias, gracias (y, mira, es que hasta mesesalta la lagrimilla, me cagontó que parezco mariquita).

Anónimo dijo...

Te leo y me entran ganas de ponerme una peluca o algo... :)

Arwen dijo...

jajaja
Entras poco por aquí, Lola, pero cuando lo haces me alegras la mañana.
Un beso gordo, guapa

Anónimo dijo...

Yo no sé en qué dirección correr cuando llegan los carnavales. Si centrífugo o centrípeto.

Conocí hace años a una mujer que vivía en el Corralón, en un bajo. Ella sí que lo tenía claro...

Un cura dijo...

Muy bien descrito, sí, señor... ¡a vivirlo!