lunes, 28 de julio de 2008

PROCLAMACIÓN PREMIOS PICAÍTOS 2008

Niños y niñas... llegó el momento.

El tiempo para votar finalizó y tengo el honor de reproducir aquí el acta del resultado del concurso:

En la ciudad de Cádiz, siendo las 12:40 del lunes 28 de julio de 2008, reunida yo conmigo misma y después de haber cogido la calculadora para sumar y realizar porcentajes, tengo a bien proclamar a los cuatro vientos que, tras las democratísisisismas votaciones realizadas por los lectores de este vuestro blog, la ganadora de la primera edición de los Premios Picaítos 2008 ha sido... (Pausa para dar intensidad al momento)

¡¡¡INMARAVILLOSA!!! (Aplausos)

Inmaravillosa ha quedado la primera en el ranking con un 43 % de los votos emitidos. ¡¡¡Impresionante!!!

En segundo lugar... (Otra pausa emocionante) ¡¡¡MICROALGO!!! con un 34 % de los votos.

Y, por último, en tercera posición... (Otra pausa, ella no va a ser menos) ¡¡¡LA MARMEN!!! con un 26 % de los votos.

Nada más, queridos picaítos, muchas gracias por haber batido record de comentarios en mi blog, se ve que lo que más os gusta es hablar de vosotros mismos y poneros como los trapos los unos a los otros.
La organización de este concurso (o sea, yo) ha decidido que la gala de entrega de los premios se llevará a cabo una vez que pase el periodo vacacional.
Enhorabuena a los ganadores y a los que no han podido hacerse con tan preciado galardón, paciencia, para ser un gran picaíto hacen falta muchos años de práctica.

jueves, 17 de julio de 2008

Picaítos (III)

Todos somos picaítos, es decir, que ninguno tenemos la cabeza sana al 100 por 100.
Y mis amigos, los que me piden más capítulos de la serie "Picaítos", también tienen sus cosas.
A saber, tengo cerca a un picaíto que trabaja con algas microscópicas, que eso ya es -de por sí, mismamente- de estar muuuuy picao, pero además le da por hacer apuestas con sus amigos (algunos de ellos más picaítos que él) para que dejen de fumar o de beber o de f... en fin... De la última apuesta salió trasquilado en el más literal sentido de la palabra.
Otra de mis picaítas preferidas tiene una concepción psicológica muy particular de los problemas ajenos. Cuando le dices "pues fulanito no está muy bien, está distante, raro...", normalmente, su respuesta es que "Es que ese se hace muchas pajas" o al reves, que no se hace las suficientes. ¡¡Ya quisiera Sigmun Freud su claridad de ideas!!. Otra característica de esta picaíta es su concepción del tiempo. Ella hace planes para, en una hora, lavar, tender, ir al Merkadona, pasar por casa de su hermana para recoger una caballas, dar un paseíto por los toruños y, finalmente, para tomar café con una amiga. Imagináis que no le va a dar tiempo, verdad? Efectivamente, no le da, pero ella se niega a aceptarlo.
Tengo otro picaíto que cuando le ofreces un plan nocturno, de salir, copeo y tal, automáticamente le entra sueño, pero no como excusa, se duerme de pie, literalmente. Sin en cambio, si el plan es de correr por el campo, hacer rafting, escalar montañas, navegar, barranquismo, jugar al padel... Cosas que nos cansarían al resto de los mortales, a él le da un subidón. Pa'bernos matao.
Tengo otras dos picaítas que no se han dado cuenta aún de que realmente son jipis, tienen alma de okupas y creen en la propiedad colectiva. Con la excusa de que tienen una pared rota y con humedades en su dormitorio (ya ves tú) se van de excursión a conocer las casas de sus amigos y se quedan a vivir una temporadita. En el fondo, yo creo que son extraterrestres ladronas de cuerpos y, en cualquier momento, se metamorfosearán en el cuerpo del terrícola que les da cobijo y se quedarán con su casa y su trabajo. Tiempo al tiempo.
Otra de mis picaítas es una que se viste de Barbie Montañista para jugar al padel, ellas es así. Además, me da la impresión de que es una de las picaítas más sensatas que tengo alrededor, que hay que escucharla mucho, pero no es dada a regalar palabras. Las dosifica.
Y luego estoy yo, que tan picada estoy que me encanta tener a estos ejemplares alrededor.

martes, 8 de julio de 2008

Picaítos (II)


Ante las innumerables peticiones de mis lectores (siete u ocho) aquí está la segunda entrega de la serie “Picaítos”. En esta ocasión, el post irá dedicado a algunos miembros y miembras ( Viva Bibiana y a ver si la dejan en paz un poquito) de esta subespecie semihumana que han paseado su saber estar por el Pay Pay.

Son muchos las anécdotas sobre los picaítos del Pay Pay, algunas más simples y otras más enrevesadas.
Una sencilla, pero que me encanta y que me contó la Reina del Pay Pay ocurrió cuando el local estaba casi recién abierto y eran muchos los que se acercaban para ver cómo había cambiado, es decir, que conocieron el Pay Pay antiguo, cuando era Sala de Fiestas. Entró una mujer y se paseó lentamente por toda la sala, supongo que intentando ver rincones conocidos en el pasado. Se acercó a la barra y preguntó “¿Tienes café?”, la Reina contestó que sí, “Po porme un güisky”, respondió la picaíta.

Otra que a mí me gusta mucho ocurrió una noche que el Pay Pay estaba llenísimo de gente, los de la barra agobiados, poniendo copas sin parar. Detrás de la primera fila de clientes que intentaban pedir su copa en la barra, estaba una mujer muy bajita, que pegaba pequeños saltitos y pedía “¿Me das una Cocacola?”. Como tenía a mucha gente por delante, los de la barra iban sirviendo a todos los demás, mientras ella insistía una y otra vez “¿Me das una Cocacola?”. Hasta que la Reina, por no escucharla más, le dio la Cocacola. Iba a abrirla y la mujer bajita le pidió que no lo hiciera, que la dejara con la chapa. En ese momento de bulla, la Reina no se planteó nada más, no tenía tiempo. Alargó el brazo con la Cocacola hasta donde estaba la enana insistente, que se empinó para cogerla. Le lanzó una tierna sonrisa a la Reina, pronunció feliz “gracias” y se fue sin pagar. Lo cierto es que no podemos acusarla de robo, porque ella lo dijo bien claro: “¿Me DAS una Cocacola?”… Se la dieron.

Ahora mismo no tengo tiempo para escribir más, pero prometo una próxima entrega…

Píquense, que es gratis y divertido.