viernes, 14 de noviembre de 2008

Mi alma de periodista

Si me hubiera enterado, me hubiera gustado estar, pero lo supe cuando ya se hizo.
Esta semana, más de trescientos periodistas se concentraron en protesta por sus condiciones laborales.
Yo sigo siendo periodista, aunque en estos momentos no ejerza y sigo teniendo muy frescos mis recuerdos de los casi veinte años en que vivía creyendo que era normal trabajar una media de doce horas al día cobrando una mierda. Recuerdo que un día cubrí una rueda de prensa de Cáritas en la que alertaban del aumento de los mileuristas y de los problemas que tenían estas para llegar a fin de mes. Qué bien, pensé, yo soy Jefa de Informativos y no llego a mileurista. Así era, compañeros, yo tenía un cargo de responsabilidad con todos sus inconvenientes, pero ninguna ventaja. Yo sólo tenía dos días de fiesta seguros al año: el 25 de diciembre y el 1 de enero, el resto de fiestas trabajaba. Hasta el día de Reyes. Yo daba los regalos a la familia a las 3 de la tarde, cuando acababa de trabajar.

Me levantaba cada día a las 6 de la mañana, no podía hacer planes, porque yo quedaba esta tarde para tomar café contigo y convocaban cualquier rueda de prensa... "Lo siento, quilla, lo dejamos para otro día".
Uno de los momentos que me vienen a la mente del "puteamiento" sistemático al que estaba sometida (aunque fueron muchos) ocurrió un domingo en el que yo estaba relajada, a gustito, tumbada casi llegando al coma en Zahara, en la Playa de los Alemanes, después de una semana que había sido mortal. Suena el móvil (porque esa es otra, tenía la obligación de estar localizable las 24 horas del día), era la central de Madrid que me dice que un guardia civil había viajado desde Sevilla hasta Chipiona con una bomba lapa en el coche, que no había explotado, pero que tenía que ir para allá... Había llegado a la playa a las doce y a la una tuve que montarme en el coche y tirar para Chipiona para que el alcalde me dijera "Mostramos nuestra total repulsa a actos como estos... No van a vencer a la democracia... Menos mal que no ha sido nada... etc".
Evidentemente, esas eran horas perdidas en mi vida, porque las empresas periodisticas (salvo las excepciones de las públicas) ni te pagan horas extras, ni te devuelven las horas.

Pero, por Dios (ya me estoy calentando) si hasta para ir al médico tenía que hacer encaje de bolillos, no podía cogerme el mes de vacaciones entero, sino 15 y 15 días...
Yo qué sé... fueron miles de situaciones que me agobiaron tanto... tanto... tanto... que la rabia y la depresión ganaron a la vocación.
Por eso me he alegrado mucho de que POR FIN los periodistas de la provincia hayan dejado aunque sea por un día de cubrir las huelgas y los problemas laborales de los demás y hayan mirado para adentro.
Espero que los señores de la corbata abran los oídos y mejore algo la cosa.

Salud y suerte, compañeros.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Lamentablemente, Arwen, no sólo son precarias las condiciones de los profesionales de los medios de comunicación, aunque desde aquí los apoye como a todo aquel que lucha por mejorar sus condiciones laborales...
Me sa salido un tanto sindicalista, pero es que yo tb estoy algo exprimida laboralmente, por decir poco...

Juanjo Merapalabra dijo...

Pos malegro de que se haya usté quitao de eso, y me alegro de no se olvide usté de los que se quedaron. Dice mucho en favor de usté tanto una cosa como la otra.

Arwen dijo...

Lo sé, Ayla, hay precariedad en cualquier sector laboral, pero de forma tan masiva, según estudios de los sindicatos, en los que más se da en el periodismo y en la construcción, pa que tú veas...
Gracias, Merapalabra, me he quitao y bendita la hora en que me quité... Soy otra... O la misma, pero con otra sonrisa... En fin, nosé, es mu temprano para la filosofía barata.

ETDN dijo...

Andaaa. No sabía que tú también fueras piniodista.

Es uno de los gremios con mayor mala fama, casi siempre con razón. Pero es cierto que a menudo no se conocen las condiciones penosas en las que se suele trabajar, la falta de horarios, de vida privada, la presión, las prisas...Creo que la vida del periodista currito de base (y hablo por experiencia
propia y ajena) es una de las más injustamente desconocidas.

Parece que ser periodista es salir a decir sandeces en una tertulia por lo que te pagan un pastón, mucha gente tiene esa idea. O ser un detective destapa watergates, como nos venden las pelis.

Y no. La mayoría de las veces es eso: un curro precario, mal pagado, sacrificado, poco satisfactorio y con muy mala prensa, nunca mejor dicho.

Apoyo a los colegas.

Y un beso para ti.

Arwen dijo...

Gracias, chula
Tonse, ¿entiendo que tú también eres o has sido periodista?

Anónimo dijo...

¡Eo, Dama Arwen!

Pues sí que ha ganado Su merced en calidad de vida, si...

Y esta microalga calvorota que se alegra mucho.

Requetebesos.

carmen moreno dijo...

Estoy con Ayla. En casi todos los curros se anda igual. Es decir, nos explotan por dos duros. sí,sí, dos duros que ni siquiera son ya de curso legal.
Y si mejod la pateo? que diría Guille, el hermano de Mafalda.
Usted ya está rehabilitada y hasta re-lajativada

ETDN dijo...

Aro, aro. Pensaba que lo sabías.

Sigo en activo, aunque en lugar privilegiado y en horario intempestivo, pero feliz. Pregunta, que te cuenten...

besote